Contarles cuentos a los pequeños es un hábito que
quedo en el pasado, allá con nuestros padres y abuelos; una clásica escena que
se quedo atrapada en el televisor.
Hoy los padres estamos tan saturados de tareas que no
nos quedan tiempo para nuestros hijos, y mucho menos para leerles un cuento
antes de dormir.
El leerle un cuento nuestros hijos todas las noches es
más que una simple actividad para arrullarlos, puede beneficiarles de manera
importante tanto a ellos como a nosotros, por ejemplo ¿sabías que al leerle
estimulas su lenguaje e imaginación?, ¿consigues relajarte y relajarlo
creando unos lazos más fuertes entre
ambos?.
Y estos
tan solo son algunos de los beneficios que tiene esta actividad, te puedo
mencionar más:
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El escuchar cuentos hace a los niños más reflexivos,
ya que en éstos siempre encontraremos un mensaje que los lleve a comprender la
forma en que deben actuar y comportarse, a saber distinguir entre lo bueno y lo
malo.
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Le ayuda a combatir sus propios temores. En muchos de
los cuentos el niño se puede identificar con las emociones de los
protagonistas, y el conocer el desenlace y lo que le va ocurriendo a lo largo
de la historia, supone tener argumentos para afrontar sus propios miedos, con
una sensación de mayor control.
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El cuento es una de las bases para el desarrollo
intelectual del niño, al contarle una historia podemos lograr que entienda las
cosas con más rapidez, que su cerebro trabaje con mayor certeza.
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Se estimula su memoria y sus ganas de expresarse.
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Desarrolla y amplían las capacidades de percepción y
comprensión del niño.
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Amplían su sensibilidad.
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En niño se siente feliz porque sus padres están con
él, dedicándole un tiempo para atenderlo y mimarlo.
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Fomenta la lectura y el amor por los libros en
nuestros hijos, ya que el interés que les despiertan las historias mágicas y
llenas de aventura plasmadas en esas páginas, aumentan sus ganas de conocer más
relatos, por eso es fácil que acaben amando la lectura.
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El niño aprende más palabras, su vocabulario es más
amplio y este aspecto le ayudará muchísimo posteriormente, porque podrá leer
mucho mejor y por consiguiente tener un mejor desempeño escolar.
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Los niños a quienes sus padres frecuentemente les leen
cuentos, saben escuchar y poner atención, elementos muy necesarios para un buen
aprendizaje.
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A través del cuento podemos llegar a relacionarnos
tanto con nuestros hijos, que podemos ganarnos su confianza para que así como
nos cuentan sobre las cosas cotidianas que les suceden también sobre
situaciones difíciles que estén viviendo, pudiéndolos orientar y apoyar.
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Aunque no lo crean padres de familia, a través de
lectura de cuentos nuestros hijos pueden aprender sobre historia, la vida
humana y animal; letras, colores, números, palabras en otro idioma, etc. sin
que les resulte aburrido.
¿Cómo contarles
cuentos a tus hijos?
Para que la hora de contar un cuento sea un momento
muy esperado por los niños y tenga en ellos los efectos positivos que les hemos
mencionado anteriormente, debemos tomar en cuenta lo siguiente:
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Elijan un lugar cómodo y suficientemente iluminado
para leer.
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Procura que el momento de leerle a tu hijo sea mágico,
hacerlo un rito que tanto él como tú esperen con ansia y agrado.
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Cuenta el cuento con alegría y entusiasmo para que
atraigas la atención del niño, logre comprender la historia, y capte el mensaje.
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Sobre todo en niños muy pequeños, es importante
repetir varias veces las diferentes escenas del cuento procurando utilizar las
mismas palabras.
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Permite que conforme se este contando el cuento, el
niño pueda ver las ilustraciones.
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Mientras lees fíjate en las reacciones del niño y sus
movimientos, y si es necesario haz pausas todas las veces que sea necesario
para escuchar sus preguntas o para comprobar si está entendiendo el relato.
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Deja que el niño participe lo más posible, tanto a la
hora de elegir el cuento a leer (te puede dar muchas pista esa elección, sobre
sus intereses o preocupaciones), como a la hora de las interrupciones.
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Cuando el niño esté cansado no lo obligues a
continuar, ya que dejará de ser una actividad gratificante para él.
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Algunas veces lean cuentos y otras escúchenlos, esto
además de ser diferente te ubicará a la altura del niño que escucha, y eso
creará una corriente afectiva y de gran complicidad entre los dos.
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En otro momento del día, pídele a tu hijo que dibuje
alguno de los personajes o escenas del cuento que hayan leído el día anterior.
Eso trazos que pueden parecerte garabatos tienen grandes mensajes, ya que allí
quedarán expresados los miedos, las expectativas y los intereses que le mueven.
Eligiendo cuentos
Sigue estos sencillos consejos para elegir el cuento más adecuado para tu hijo:
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Para iniciarse en el mundo de los cuentos, se sugieren
los que están relacionados con la tradiciones y el folklore.
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Los cuentos de hadas ahuyentan pesadillas y temores
nocturnos. El niño adquiere seguridad en sí mismo cuando comprueba que el
protagonista ha sido capaz de vencer al lobo o a la bruja.
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Los cuentos que comienzan con la tradicional frase
"Había una vez", tienen una gran fuerza evocadora. Tienen el poder de
introducir al niño en un mundo diferente.
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Los libros con imágenes, viñetas o pictogramas
provocan en el niño el deseo de comenzar a leer.
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Los cuentos populares que tratan temas y costumbres de
nuestra sociedad ayudan al niño a conocer las tradiciones ancestrales.
Cuentos para cada edad
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A la edad de los dos años y medio, debemos empezar con
los cuentos ilustrados.
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A los 3 años, debemos elegir cuentos que nos relaten
historias sencillas y claras en cuanto a la idea y el lenguaje empleado. La
acción debe ser lineal y no demasiado larga, ya que la capacidad de atención no
está desarrollada a esta edad. (Es importante que los cuentos no tenga un
número excesivo de personajes).
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4 años: Los cuentos apropiados para esta edad son los
que intervienen personajes fantásticos, objetos extraños que hablan y se
mueven, países maravillosos o ciudades encantadas.
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A los 5 años los niños prefieren personajes y
situaciones más reales. Les gustan los protagonistas que son niños como ellos con
los que puede identificarse. Esta es una buena oportunidad para introducir
valores morales en las narraciones, precisamente gracias a esta identificación.
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A partir de los 8 años los libros de aventuras y
detectives incluidos les encantan. Estos tipos de cuentos son muy útiles para
trabajar ciertos valores (empatía, solidaridad, amor, respeto, etc.).
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Desde los 12 años: En esta etapa lo misterioso y
desconocido les fascina. Es recomendable novelas realistas que traten temas
como el primer amor, los conflictos personales; novelas que reflejan realidades
de su entorno social y que pueden ser utilizadas para seguir trabajando y
reforzando valores.
Es cierto
que los padres en su mayoría y por cuestiones de trabajo no disponemos de mucho
tiempo para nuestros hijos, y lo único que queremos al final del día es llegar
a casa y descansar; sin embargo déjame decirte que existen otras formas que
también nos pueden ayudar a relajarnos como por ejemplo leerles a nuestros
hijos. Recuperemos los hábitos de las generaciones pasadas y cuéntales cuentos
a tus hijos.